Para muchos mayores, el trabajo en el campo ha estado muy ligado a sus vidas. Sin embargo, al trasladarse a las ciudades se ha perdido la costumbre de cultivar frutas y hortalizas para el autoconsumo.
Gracias a los huertos urbanos, los beneficios de la vida rural ahora también se disfrutan en las grandes urbes. Así lo pueden experimentar los mayores que acuden al Centro de Día de La Paz en Barakaldo (Vizcaya), en el que se han implantado las actividades de horticultura y jardinería.
Cultivar, regar y mimar la huerta ya forma parte de su rutina diaria, proporcionándoles numerosos beneficios terapéuticos derivados del vínculo emocional que establecen con las plantas y con todo el entorno natural creado al elaborar el jardín. Sin duda, una buena forma de fomentar el envejecimiento activo de estos mayores.
Con la actividad en este pequeño huerto ecológico, los mayores se sienten útiles y tienen la posibilidad de realizar ejercicio físico, mejorar su autoestima y el estado de ánimo general. La también llamada hortoterapia contribuye a una serie de avances cognitivos en atención, concentración y memoria de los mayores. Y es que esta iniciativa hace aflorar en muchos de ellos los recuerdos de años atrás, cuando cultivaban su propio huerto.
Es el caso de Elena, que tenía una huerta en Sestao, o de Felipe, para quién ésta es una labor que siempre hace ilusión. Ambos disfrutan también compartiendo sus conocimientos sobre el cultivo con los demás compañeros.
De igual forma, aquellos mayores que no pueden participar en el cultivo por su condición psicofísica, se implican en esta actividad, ya que están muy pendientes de cómo crecen las hortalizas, frutas y plantas.
Los mayores de esto centro de día de Barakaldo pronto podrán probar los frutos de su trabajo en el huerto, gracias al trabajo de la cocinera que les preparará las lechugas, tomates y fresas recogidos. Asimismo, los productos plantados se aprovecharán para realizar otras actividades como talleres florales, collages naturales o la elaboración de jabones de hierbas.