Innovar en la atención que se proporciona a los mayores y brindarles un trato de excelencia que dignifique. Son las premisas fundamentales bajo las que se trabaja a diario en los Centros de Día del Ayuntamiento de Valladolid, que se han unido a la filosofía del cuidado sin sujeciones, procurando con ello dignificar y mejorar la calidad de vida de las personas que atienden en sus instalaciones. En la actualidad, los profesionales de estos centros ya no contemplan el uso de sujeciones físicas o procedimientos que, aplicados sobre el cuerpo de una persona, limitan su movimiento —cinturones, chalecos, muñequeras o sábanas de inmovilización—, con el fin de promover un tipo de cuidado personalizado que evite su aislamiento y que no menoscabe su autonomía.
Según los estudios realizados desde el programa ‘Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer’, España es el país que presenta mayor prevalencia del uso de sujeciones físicas, siendo aplicadas a un 21% de las personas mayores dependientes que viven en centros residenciales. No obstante, el uso de este tipo de elementos no está exento de polémica. Los expertos reiteran que hay evidencias de sus efectos perjudiciales, tanto a nivel físico como psicológico. Se ha documentado que su uso produce un incremento de úlceras por presión, de incontinencias, disminución del apetito, atrofia muscular, inmovilismo, debilidad, así como sentimientos de miedo, vergüenza, apatía y aislamiento social. Además, a su vez, también supone una pérdida de autonomía, dignidad y autoestima para las personas a las que se aplican.
No soy un número más en la estancia diurna. ¿Y tú?
El uso de las sujeciones está en contraposición con las máximas y objetivos de los cuidados a personas mayores basados en el mantenimiento del mayor grado posible de autonomía física, mental y social. Los profesionales tienen el deber de ofrecer procedimientos, alternativas y soluciones adaptadas y adecuadas a cada una de las personas y circunstancias concretas, fruto de una reflexión y deliberación multidisciplinar, multidimensional y que contemple a la personas desde su integridad bio-psicosocial. En definitiva se trata de que la aplicación de sujeciones se convierta en una medida realmente excepcional, tras todo un proceso de prevención y actuaciones encaminadas a preservar su dignidad y derechos.
A mí no me gustaría que anularan mis derechos y libertades. ¿Y a ti? ¿Te gustaría?
Por todo ello, en los centros de día de Valladolid, se ha puesto en marcha un proyecto que tiene por objetivo eliminar el uso de las sujeciones. Se trabaja para cuidar a los mayores de una forma personalizada, fomentando su autonomía y dignidad, de manera que puedan decidir y dirigir su propia vida de acuerdo con sus deseos, gustos y preferencias. Para ello se facilitan, todo tipo de alternativas a las sujeciones y terapias no farmacológicas.
Conocerles es vital para saber quiénes son. Es necesario desmitificar determinados estereotipos. Quizá se pueda pensar que ya no sienten como antes, pero esto no es así. Una sonrisa, un gesto de dolor o de placer, un alargamiento de mano, dice más que millones de palabras que a veces no tienen más sentido que disimular lo que les sucede interiormente. Es el momento de que alguien se ponga en su lugar, no hay discusión alguna. No a las sujeciones.