La Organización Mundial de la Salud estableció el 11 de abril como Día Mundial del Parkinson, con el objetivo de concienciar de los síntomas y los problemas que sufren las personas afectadas.
“Cuando hablamos de la enfermedad de Parkinson hacemos referencia a una alteración degenerativa del sistema nervioso central. Esta alteración produce una pérdida de neuronas de la sustancia negra y de ganglios basales encargados de la liberación y/o producción de dopamina, neurotransmisor encargado de la función motriz, entre otras” explica Marta Gálvez, directora de la residencia de mayores de Campanario, en Badajoz.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología, en España es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, después del Alzheimer, y afecta a alrededor de entre 120.000 y 150.000 españoles, de los cuales 30.000 están sin diagnosticar. Todos los años se diagnostican en España unos 10.000 nuevos casos de Parkinson, que ha aumentado su incidencia considerablemente por el aumento de la esperanza de vida.
Entre los síntomas más frecuentes se encuentra el temblor en reposo, la rigidez muscular, principalmente en el cuello, brazos y piernas; el enlentecimiento y dificultad a la hora de iniciar movimientos voluntarios y automáticos; la inestabilidad postural y la alteración de la marcha.
Actualmente la enfermedad no tiene cura pero sí se puede controlar eficazmente con el tratamiento adecuado que se dirige, únicamente, a mejorar los síntomas. Junto a la terapia farmacológica, la terapia ocupacional busca apoyar a los pacientes y ayudarles a mantener su nivel habitual de actividades durante el mayor tiempo posible. “Trabajamos para que el paciente sea lo más independiente posible en sus actividades cotidianas, para nosotros, su autonomía es fundamental porque entre otras cosas le otorga autoestima y respeto hacia sí mismo” afirma Gálvez.
“Partimos de una valoración exhaustiva sobre el estado en el que se encuentra el paciente y su familia. Se tienen en cuenta las actividades que realiza el paciente, el entorno y la forma cómo las desarrolla a diario. Una vez obtenidos los resultados de la evaluación, establecemos el tratamiento. Aparte de ser individualizado, se va modificando a medida que la enfermedad va evolucionando, adaptando las actividades en función de las habilidades y capacidades que el paciente va conservando”. El mismo está dirigido a cumplir los siguientes objetivos:
• Mejorar la amplitud de movimiento.
• Prevenir las limitaciones articulares provocadas por la rigidez.
• Mejorar y/o mantener la coordinación motriz de la extremidad superior, especialmente, las manos.
• Entrenar en las actividades básicas de la vida diaria (vestido, higiene personal, desplazamiento de un lado a otro de la cama, alimentación, etc.)
• Facilitar la planificación y disfrute de su tiempo libre y actividades de ocio.
• Mantener las destrezas/habilidades que conserva.
• Sustituir las destrezas/habilidades que ha perdido.
• Asesorar a la hora de adaptar la vivienda para que sea un lugar más seguro (quitar alfombras, colocar asideros o barras en el baño, quitar muebles que supongan un riesgo de caída, etc.)
• Mantener el mayor tiempo posible su puesto laboral, adaptándolo en función de sus necesidades.
• Asesorar, orientar y entrenar sobre ayudas técnicas y productos de apoyo (bastón, andadores, cubertería adaptada, productos que facilitan la acción de vestirse, etc.)
• Mejorar y mantener las funciones cognitivas.
Recomendaciones para la vida diaria
Para Gálvez, seguir algunas recomendaciones puede ayudar en actividades cotidianas de vestido e higiene personal:
• Preparar y colocar la ropa que se va a poner de forma ordenada. Evitar dar paseos innecesarios.
• Utilizar prendas de vestir holgadas y fáciles de poner
• Vestirse sentado o apoyado en la pared para evitar el riesgo de caída.
• Utilizar abotonador cuando sea necesario.
• No utilizar zapatos con cordones.
• Utilizar suela de goma.
• Usar cepillo de dientes eléctrico.
• Poner un taburete frente al lavado cuando sea necesario.
• Poner una alfombra antideslizante en la bañera o ducha.
• Utilizar albornoz, facilita el secado de espalda.
Mejorar la comunicación
Otras dificultades asociadas al Parkinson son las relacionadas con la comunicación como la dificultad para coordinar la respiración y el habla, la rigidez en la cara, un tono de voz bajo y débil, la dificultad para iniciar el habla o la alteración de la escritura.
“En esta área animamos al paciente a realizar actividades que lo motiven a poner en práctica las técnicas que haya aprendido en las sesiones con el logopeda. Se pide que practique dichas técnicas, mientras va desarrollando otras tareas de tipo motriz. En cuanto a la escritura recomendamos la utilización de ayudas técnicas y productos de apoyo como: engrosadores para lápices, bolígrafos, papel con línea ancha, pinzas para estabilizar las hojas, etc.” explica Gálvez.
Actividades Terapéuticas
“Para mejorar el desempeño del paciente en la ejecución y desempeño de actividades diarias, planteamos una serie de actividades y/o ejercicios relacionados a sus intereses, valores y deseos”. El objetivo de estas actividades es que el paciente:
• Utilizar la máxima amplitud posible de sus articulaciones, siempre teniendo en cuenta su umbral de dolor.
• Tener períodos de descanso durante la actividad. Ejemplo: 5 minutos de descanso en entre actividades de 15-20 minutos.
• Mantener una buena y/o correcta higiene postural. (Entrenar para que apoyar bien la espalda al respaldo de la silla dada la importancia que tiene llevar acabo esta tarea)
• Realizar sus actividades de autocuidado e higiene personal.