Nano, nuestro particular hortelano se decidió la primavera pasada a cultivar un huerto en el jardín de la residencia. Hasta entonces, lo preparaba cada año en su casa y le hacía mucha ilusión poder hacerlo también en el centro, así que pronto se puso manos a la obra…
A todos sus compañeros y a las visitas les ha llamado mucho la atención y les ha gustado la experiencia. Trabajadores y familiares se han implicado y el resultado final ha sido muy satisfactorio para Nano, que podía dar lechugas o cebollas a sus familiares y amigos cuando venían a visitarlo.
Esperamos que pronto llegue la primavera y pueda hacer de nuevo con el esmero y la dedicación que le caracteriza, su propio huerto.